“Yo nunca pierdo. O gano o aprendo”. Nelson Mandela
¿Conocés cuál es tu motivación para disponerte a realizar todo el trabajo que tengas que hacer para que el aprendizaje suceda?
El bienestar personal es un concepto que depende profundamente de las necesidades y expectativas de cada uno, y por lo tanto los caminos y condiciones para alcanzar ese estado son tantos como personas en el mundo. Cada uno tiene su propia definición de bienestar.
Sin embargo hay ciertas premisas comunes, entre las que sin duda se encuentra el trabajo, entendido no solo como una actividad específica, sino como el medio para lograr nuestro sustento y en muchas ocasiones también cumplir con responsabilidades asumidas. Se trata de un factor muy relevante, que si no se relaciona con nuestra vida de forma armoniosa, difícilmente podamos alcanzar el bienestar.
Descodificar se define como: “Aplicar las reglas adecuadas a un mensaje que ha sido emitido en un sistema de signos determinado, para entenderlo”. En este sentido, el objetivo de Significación Laboral es precisamente entender nuestra relación con el trabajo, descifrar ese vínculo que nos acompaña prácticamente durante toda la vida para poder mejorarlo, a partir de nuestro desarrollo personal.
Y esto plantea un desafío con nosotros mismos, con nuestra capacidad de ser vulnerables a la necesidad de cambiar, a enfrentar nuestro orgullo y tener “mentalidad de aprendiz”, lo que conlleva identificar nuestras debilidades para luego aceptarlas y poder trabajar en ellas con humildad y compromiso.
Muchas veces los adultos pierden la “curiosidad” natural que tenemos cuando niños, la cual predispone plenamente al aprendizaje. Con los años nuestro interés se vuelve más selectivo, más enfocado en aspectos prácticos, y a menudo también la experiencia ganada y los conocimientos acumulados suelen generar cierta resistencia al cambio. Es bueno identificar esto para poder regularlo.
Lo que aprendimos en nuestras casas de pequeños y en los diversos grupos en los que participamos, amigos, colegio, etc., nos formó como personas y lógicamente tiene mucho que ver con cómo nos desenvolvemos en el ámbito del trabajo. Si percibimos que algo no funciona tenemos la opción de reprogramarlo, tarea ardua pero posible.
Para que el aprendizaje nos atraviese, debemos llevarlo a la experiencia a través de la repetición, una a una, de las competencias planteadas en los anteriores capítulos y en este:
Despertarnos para ser conscientes. Comprometernos para vincularnos de la mejor manera. Liderarnos para ser protagonistas. Comunicarnos para conectarnos. Especializarnos para diferenciarnos. Vendernos para visibilizarnos. Adaptarnos para acercar posiciones. Mentalizarnos para ser parte de un objetivo en común. Y brindarnos para darnos la posibilidad de aprender y también de dar. Porque trabajamos el ser para hacer, hacemos para tener y tenemos para dar.
Destacar también que como personas nuestra mente, alma y cuerpo conforman una unidad que debe estar en armonía y es preciso también cuidar ese equilibrio, que representa la base desde la que podremos afrontar todos los desafíos
El mundo laboral exige cada vez más el desarrollo de nuestras habilidades blandas, y entre ellas la creatividad es un factor fundamental para poder innovar y encontrar soluciones alternativas ante las diversas situaciones que nos desafían en el desarrollo de las actividades laborales. En este sentido, se ha comprobado que el juego alimenta la creatividad y la comunicación en todas las etapas de la vida, no solo en la niñez. No dejemos de jugar, aprovechando que la necesidad lúdica del ser humano creó juegos para todas las edades y condiciones.
Nuestra intuición, las corazonadas y las “coincidencias”, a veces no tan casuales, si bien son aspectos que escapan de toda lógica no dejan de ser verdaderos. Ya que lejos de ser supersticiones, han sido profundamente estudiados y reconocidos por científicos de múltiples disciplinas. Karl Gustav Jung, por ejemplo, intercambiaba correspondencia con Albert Einstein, donde analizaban el concepto de “sincronicidad”, que se refiere a la simultaneidad de sucesos que no se vinculan con una relación de causa y efecto, pero que sí lo hacen desde su significado. Se trata por ejemplo, de cuando estamos pensando en un problema y de pronto un cartel, o una frase de un libro abierto al azar, nos brindan una respuesta o una señal relacionada con dicho problema. De acuerdo con Jung, “todos formamos parte de las sincronicidades, pero no todos les prestamos atención”. Ya sean manifestaciones del subconsciente o un “vínculo de la mente humana con la materia”, será bueno también estar atento a estas señales.
Podemos medir el éxito laboral teniendo en cuenta desde dónde salimos, qué herramientas nos fueron dadas y hasta dónde llegamos. Aunque lo más importante es evolucionar y disfrutar del proceso. Elegir quién querés ser cada día.
¿Qué significado le damos al trabajo y cómo nos vinculamos con él?