
Más de un año y medio después del comienzo de la crisis sanitaria, durante la que muchas personas y organizaciones debieron adoptar la modalidad del home office para poder seguir trabajando, se abre el debate sobre la conveniencia de regresar al trabajo presencial, hacer teletrabajo o bien equilibrar ambas modalidades en un esquema híbrido que permita explotar los beneficios de ambas.
Desde luego la posibilidad de trabajar a distancia se refiere a aquellas actividades que así lo permiten, ya que muchas otras necesariamente debieron seguir funcionando de forma tradicional para garantizar servicios, abastecimiento de productos, entre otros.
De esta forma, tras largos meses de experiencias laborales atípicas, los nuevos escenarios laborales, y particularmente el home office, despiertan quejas y elogios entre los trabajadores.
El teletrabajo en contexto
Está claro que gracias al trabajo a distancia muchas organizaciones pudieron sostener su productividad durante el periodo de mayores restricciones, pero no se debe perder de vista que se trató de una solución de emergencia, de algo no planificado.
Entre sus beneficios, se destacan la maximización del tiempo al no requerir trasladarse, la reducción de costos como puede ser el de transporte, y la posibilidad de trabajar en la comodidad del hogar. En cuanto al aprendizaje, el trabajo a distancia puso a prueba el autoliderazgo y la capacidad de los trabajadores de administrar su tiempo de manera más efectiva.
Sin embargo, es bueno también analizar las diversas modalidades de trabajo en relación al contexto global de los negocios y sus exigencias. Cada vez más a menudo, escuchamos y leemos sobre los tiempos dinámicos que vivimos, en los que lo único permanente es, justamente, lo impermanente.
En este contexto, las organizaciones en todo el mundo se apalancan en las herramientas tecnológicas y, fundamentalmente, en la gestión de sus equipos de trabajo para tener la flexibilidad que exigen estos tiempos, siempre enfocados en satisfacer y llegar a un público cada vez más exigente.
Es en este marco en el que estamos actualmente analizando el retorno a la presencialidad laboral en las empresas, los pros y los contras del teletrabajo y los formatos híbridos.
Son tiempos en los que el autoliderazgo y el aporte de valor de las personas es cada vez más determinante, para lo que se fomenta la responsabilidad, el compromiso con los objetivos, la creatividad y una participación cada vez más protagónica donde el liderazgo circular toma cada vez más relevancia.
Desde esta perspectiva, un formato laboral 100% a distancia podría no ser el más conveniente para muchas actividades, ya que sin lugar a dudas la presencialidad brinda muchas más posibilidades de interacción y dinámica de equipo.
Para un junior que está dando sus primeros pasos en el mundo laboral no es lo mismo formarse a distancia, sin tener un líder o compañeros de trabajo, que hacerlo con ellos en la diaria pasando por la experiencia del contacto presencial que aporta la oportunidad de lograr relaciones más profundas.
Sin dudas el vínculo entre los trabajadores es el factor estrella del buen funcionamiento de las organizaciones y desde luego que puede haberlo desde la virtualidad, aunque el encuentro “cara a cara” otorga beneficios insustituibles.
Seguramente recordarán la famosa película protagonizada por Robin Williams, “La sociedad de los poetas muertos”, en la que el profesor de Literatura, John Keating, se desempeña como un excelente motivador y transformador de sus alumnos, incentivándolos a ser creativos, a autoliderarse y a trabajar de forma colaborativa. Para ello, por ejemplo, los invita a subir a un escritorio y mirar desde allí para mostrarles la importancia de cambiar de perspectiva. En otro momento los reúne en ronda para compartir relatos, gritar, moverse, interactuar, los expone constructivamente, les cubre los ojos para incentivar su imaginación, en definitiva, los hace experimentar, crecer y evolucionar.
Posiblemente sus resultados no hubieran sido los mismos desarrollando sus clases solamente de manera virtual.
Varias encuestas aplicadas en Latinoamérica realizadas por Microsoft y Apex revelaron que más del 70% de los colaboradores quieren que continúen las opciones flexibles de trabajo remoto y que casi el 50% de las organizaciones ya decidió que sostendrá el modelo de teletrabajo en diferentes niveles.
Es vital disponerse a escuchar a todos los actores para generar beneficios tanto para las compañías como para sus colaboradores. La posibilidad de un modelo de trabajo con flexibilidad horaria, donde todos somos responsables de estar cuando tenemos que estar, de hacer cuando tenemos que hacer, siempre con el foco en alcanzar los objetivos pactados, podría ser una gran posibilidad en donde nosotros, las personas, nos situemos en el centro de la escena laboral.
Artículo publicado originalmente el 15 de Octubre de 2021 en Revista Veintitrés