La Logística mueve al mundo

Motivado por mi actividad profesional en el sector me propuse escribir estas líneas que nos invitan a visibilizar lo que la logística representa en nuestras vidas. El rol que ocupa en el mundo nos permite reconocerla y valorarla en toda su dimensión y, hasta sin un abordaje académico, podemos observarla a cada hora, en todos lados.

Seguramente en estos tiempos post covid hemos podido reflexionar sobre el tema y somos conscientes del papel esencial de la logística en todo lo que nos rodea y mi objetivo no es otro que plasmar en estas palabras, lo atractiva, entretenida, útil y trascendental que es.

Pero… ¿por qué puede resultar interesante conocer más sobre logística?

Porque la logística es mucho más que una actividad económica y comercial, mucho más que mero transporte, almacenamiento y distribución de mercaderías. Conceptualmente el ser humano mismo es un ser logístico, y su evolución está íntimamente ligada a este concepto. De hecho, podemos plantear que “la rueda” es el primer invento logístico de la historia, un acontecimiento trascendental que aceleró todo y que inclusive hoy en día resulta irremplazable.

Si consideramos que para cubrir nuestras necesidades básicas debemos coordinar la disponibilidad, en primera instancia, de alimentos para subsistir, debemos realizar o activar un proceso logístico, como es el de ir a comprar y llevar los alimentos hasta nuestro hogar. O bien podemos optar por llamar al delivery y activar otro proceso logístico, al igual que se activa al hacer una compra online al supermercado.

Sin logística nos encontraríamos como náufragos, limitados a los recursos disponibles solo a nuestro alrededor. Por eso el hombre ha hecho logística desde su surgimiento. Resulta imposible separar la logística de nuestra vida.

Si miramos nuestro entorno todo lo que nos rodea ha realizado no uno, sino varios procesos logísticos, y muchos más si consideramos también su producción.

Pensemos en un análisis muy simplificado y superficial, que un televisor de “origen nacional” está compuesto en gran parte por componentes importados mayoritariamente chinos, pero seguramente también tendrá de Vietnam, Corea del Sur, Singapur, entre otros. También sabemos que el Sudeste Asiático no cuenta en su territorio con todas las materias primas necesarias para su fabricación, o al menos no al mejor precio, por lo que muchos de sus componentes también han tenido una intensa logística internacional previa: cobre (Chile), níquel (Indonesia, Filipinas), cromo (Sudáfrica, Kazajistán), aluminio, plomo, plata (México, Perú) y estaño (China) son solo algunos de los metales que contienen los componentes electrónicos tales como resistencias, condensadores y transductores. Y ni siquiera nombramos los materiales no metálicos, como la mica, la cerámica, tungsteno, vidrio, plásticos y muchísimos más. Por último, no olvidemos que seguramente fue ensamblado en el polo industrial de Río Grande en Tierra del Fuego, por lo que debió recorrer muchos kilómetros hasta Buenos Aires, desde donde quizás fue vendido vía e-Commerce al pueblo donde vivís, por lo que su recorrido resulta enorme. Una verdadera hazaña para que puedas ver televisión.

Visibilizar el rol protagónico de la logística nos lleva a pensar en su importancia como actividad económica y su impacto en absolutamente todo lo que se comercializa en el mundo. Tengamos en cuenta que las empresas más exitosas de los últimos tiempos son, para nada casualmente, emprendimientos que nacieron con un enfoque netamente logístico, como Amazon a nivel global y Mercado Libre, tanto en Argentina como en muchos países de Latinoamérica.

Pero aún más allá, comprender la importancia conceptual de la logística nos posiciona en otro lugar como personas y ante nuestro compromiso con el cuidado del medio ambiente. Dimensionar el gran número de procesos que implica cada artículo que consumimos, nos muestra que nuestras acciones también generan impacto. Y es notable también, que hoy el compromiso con el cuidado del medio ambiente nos pide un esfuerzo logístico, como es el de clasificar nuestros residuos y almacenarlos de forma diferenciada, para posibilitar el proceso de reciclado de materiales y la mejor deposición de aquellos finalmente destinados como residuos.

Como profesional de esta actividad, estoy convencido de que antes de lo que pensamos el futuro traerá grandes cambios para la actividad, en la búsqueda por implementar operaciones cada vez más eficientes y con menor impacto ambiental. Escuché decir a un especialista en Europa, que no sería descabellado pensar en un retorno a la modalidad del “lechero”, para alcanzar productos a granel directamente en los domicilios con el fin de evitar el uso de packaging, uno de los residuos comprobados de mayor impacto ambiental a nivel global. Esto por ahora es poco probable por la situación del Covid pero para nada imposible a futuro.

La tecnología será seguramente un gran aliado en este camino, gracias a desarrollos como Blockchain y la inteligencia artificial, cada vez más es posible tomar mejores decisiones y lograr grandes eficiencias. Así como el e-Commerce, que impulsa con su crecimiento la implementación de automatismos para cubrir las demandas de una sociedad que está, de forma cada vez más acelerada, cambiando sus hábitos de consumo y sus exigencias. 

En estos días de 2020 comprobamos que el futuro nos puede sorprender a todos, y seguramente así lo seguirá haciendo. Dependerá de nosotros aprender de cada experiencia para ser cada vez mejores.

Javier Carrizo