El gran reto de sembrar en el desierto

El gran reto de sembrar en el desierto

En el actual contexto no es sencillo proyectarse en el comercio internacional. Más aún en un mundo que está cambiando rápidamente y no solo en los negocios.

China abrió sus fronteras, pero, sin embargo, el ritmo de su recuperación económica no es el esperado.

El mercado marítimo, termómetro del comercio mundial y experimentado en lograr su equilibrio entre la oferta y la demanda, hoy se enfrenta a un exceso de capacidad fruto de las dificultades de prever en un entorno incierto y volátil.

De acuerdo con la OMC la incertidumbre es, en líneas generales, la causa de la baja en sus estimaciones de crecimiento del PBI global para 2023, que resultaría sólo del 1,7%.

La inflación sigue siendo un problema.

La tecnología ofrece nuevas soluciones, pero también posibles amenazas.

La escasez de oficios es hoy un limitante al crecimiento en muchos sectores y países.

Las materias primas y los alimentos continúan tendiendo al alza.

Las tensiones geopolíticas crecen.

Y, a la vez, debemos enfrentar estos desafíos siendo cada vez más sustentables y al nuevo ritmo que comienza a marcar la inteligencia artificial.

El mundo entero está cambiando rápidamente y no solo en los negocios, ya que todos a nuestro alrededor seguramente podemos percibir como la cultura y la sociedad se transforman con el impulso de las nuevas generaciones y su mindset tecnológico

Ante tanta falta de previsibilidad, poner el foco en los vínculos y el networking es un camino para estar fuertes y lograr «pasar la ola», porque la historia demuestra que luego de un periodo complicado viene la bonanza, y quienes hayan sembrado cuando todo es incierto seguramente estarán en ventaja para aprovechar la llegada del buen tiempo.

Pero para esto no alcanza con lograr una gran cosecha, sino que también debemos encontrar un mercado para nuestra producción, así como proveedores que nos ayuden a abonarla al inicio y a transportarla al final.

Y, desde luego, colaboradores y socios estratégicos que compartan nuestras metas y objetivos para poder hacerlos posibles.

Sembrar es apostar y es necesario hacerlo aún con sequía, y si se hace rodeado de buena gente y de forma colaborativa, seguramente se logre una mejor cosecha y mejores resultados para toda la cadena productiva.

Como dice el dicho, en las crisis están los que lloran y están los que hacen pañuelos.

Artículo publicado originalmente en El Cronista.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *